La Organización Mundial de la Salud sostiene que el uso de cubrebocas no es una solución milagro para frenar la propagación de COVID-19.
El director de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, explicó que el uso generalizado en la población se justifica solo en las zonas donde no hay agua para lavarse las manos y no sea posible mantener una distancia física por la densidad demográfica.
Insistió en que estos productos deben reservarse, preferentemente, para personal médico debido a la escasez que existe.
La pandemia de coronavirus ha provocado la muerte de 70 mil personas en todo el mundo, y se estima que 1.25 millones de personas han sido contagiadas.